Discurso de Orden en el 70º aniversario de la fundación de la Federación Médica Venezolana.
Torre de la Federación Médica. Caracas, 24 de agosto de 2015.
Apreciados y distinguidos colegas,
Conmemoramos
hoy 70 años de la consolidación de una idea tras de la
cual se apoyaba la flor de la medicina
venezolana. Este sólido aniversario del gran
paso nos sorprende en la encrucijada más difícil
y artera que le haya tocado a ninguna organización sanitaria, médica,
acadèmica, en lo que hemos caminado de historia. Es ocasión buena
para convocar ante la comunidad de la salud
la memoria de quienes en lo largo de casi 2 siglos fueron dando
vida y leyenda a este camino. Y es la hora de exaltar
la egregia figura del mèdico en toda su grandeza. Devolverlo
al pedestal donde ha estado desde el comienzo de los tiempos,
y acorazarlo contra emboscada que se le tiende en estos
años en que parece forzarse a la colectividad a un
retroceso al periodo animista.
Transitamos
un cuento que podría empezar en 1827 cuando se crea por
decreto del Libertador la Facultad Médica de Caracas. En
ilustre sucesión, José Maria Vargas, el apóstol civil del siglo
XIX, y con él el alumbramiento de la Sociedad Mèdica de
Caracas.
Por
esa luminosa senda aparecen Francisco A. Rísquez y la Sociedad Unión Médica.
En
1891 el Hospital Vargas y su Sociedad
Mèdica-Quirúrgica. Luis Razetti, la Sociedad de
Médicos y Cirujanos de Caracas y la Gaceta Médica de Caracas,
uno de sus más preciosos legados, que protegida de los relámpagos
aun hoy navega.
En 1902 hay un Primer Colegio de Médicos de Venezuela. Lo preside Dr. José I . Cardozo, y su Secretario Perpetuo es Luis Razetti. Existe hasta el 8/4/1904 en que el Congreso emite la Ley creadora de la Academia Nacional de Medicina. Proyecto culminado por genio del Dr. Razetti. Se instala el 11/6/04. Su órgano sigue siendo hoy la Gaceta Médica de Caracas.
La idea de la Federación Médica Venezolana, viene desde la Primera Convención Médico-Gremial en la ciudad de Maracaibo, entre el 11 y el 13 de mayo de 1940, donde se propuso su creación. El Dr. Patrocinio Peñuela Ruiz, hombre de trayectoria admirable en lo público y en lo gremial, propuso, en la 4ta. sesión, el 13-05-40, la creación de la Federación Médica Venezolana, la cual se pospuso para ser considerada en la sesión vespertina de esa fecha y, después de amplia deliberación, se acuerda designar una Comisión.
Se
retoma la idea en 1942, en Caracas, siendo Presidente del Colegio de Médicos
del Distrito Federal el Dr. José Izquierdo y Secretario el Dr. José Rojas
Contreras. Se crea la Asociación Médica Venezolana presidida por el Dr.
Domingo Luciani.
El
único organismo al cual se acudía entonces era el Ministerio de Sanidad;
en el país habría un número importante de médicos, hubo una intensa
preocupación por el ejercicio profesional, se pensaba en una agrupación, en una
Sociedad que los representara ante cualquier problema, entonces le transmitió
la idea al Dr. Domingo Luciani, para organizarlos en una Corporación, estando
de acuerdo; se reúnen con un grupo de colegas en su casa, exponiéndoles la
necesidad de crear una estructura asociativa que los representara y de allí
surgió la Asociación Médica Venezolana, con el Dr. Domingo Luciani como
Presidente y el Dr. José Rojas Contreras como Secretario.
Esta
supervive por pocos años y se conviene en la necesidad de crear los
Colegios de Médicos primero, a proposición del Dr. Rojas Contreras.
Esto ocurre una vez promulgada la Ley de Ejercicio de la Medicina (1942)
en tiempos de grandes avances administrativos de los gobiernos de turno y
a la vera de la Segunda Guerra Mundial.
El 24
de agosto de 1945 fue creada, en la 2da. Convención Médica de Maracaibo,
precedida por la 1ª Convención (Ambas organizadas por la Sociedad Médico
Quirúrgica del Zulia, devenida en Academia de la Medicina de ese estado)
ésta última celebrada del 11 al 13-05-1940, en el salón de
reuniones del hospital Psiquiátrico, realizada a instancias del Dr. José
Domingo Leonardi por ante la Sociedad Médico Quirúrgica referida.
Se
estableció que la Federación Médica Venezolana debería fundarse creando primero
unas estructuras en cada estado, como Colegios de Médicos, exponiendo esta idea
en una reunión de médicos del Hospital Vargas. Sucede, en paralelo, reunión de
los médicos zulianos, en especial con el Dr. José Hernández D' Empaire.
Promueve el Dr. Rojas Contreras reunión de 20 médicos de Caracas con los
del Zulia, conviniéndose en la necesidad de crear los Colegios de Médicos. Por
iniciativa de los Dres. José Ignacio Baldó y Francisco Romero Lobo,
con un grupo de médicos del Táchira, se funda el Colegio de ese estado, el
primero en Venezuela, seguido por los de Carabobo y Zulia y, por
iniciativa personal del Dr.Rojas Contreras, se crea posteriormente el del Dtto.
Federal, de tal manera que, con los del Zulia y Carabobo, según actas
constitutivas, ya existían 4 Colegios. En ese Congreso en donde
finalmente resultó aprobado y promulgada la Ley el 16-07-42, siendo Presidente
de la República el General Isaías Medina Angarita. El Colegio
de Carabobo se inició como una institución de tipo social, que toma características
del Rotary Club, designándosele como “Círculo Médico del Edo. Carabobo”,
fundado por un grupo de médicos rotarios quienes propusieron la formación del
Colegio de Médicos del estado el 28-11-1941, en el Ateneo de la ciudad de
Valencia, de índole deontológica general.
Mención
especial merece el Dr. José T. Rojas Contreras.
Era originario del Táchira. Un médico polifacético, con formación
jurídica y social, combativo y político, fue factor determinante en
la fundación de la FMV y en la brega por las conquistas sociales del
médico.
Entre sus valiosos aportes al avance de la cirugía nacional, se
encuentra la fundación de los servicios quirúrgicos del Instituto Venezolano de
los Seguros Sociales, miembro fundador de la Sociedad Venezolana de Cirugía,
miembro honorario y emérito de la Sociedad Venezolana de Historia de la
Medicina.
Sus intereses
medico-sociales lo llevan a protagonizar las primeras actividades médicas gremiales
en el país. Desde 1970, después de recibir en 1966, el titulo en Ciencias Políticas
y Administración de la Universidad Autónoma de México, fue docente en la
Universidad Santa María (USM) y en la cátedra de Fisiología de la Facultad de
Farmacia. Fallece en avanzada edad en Caracas, en el mes de mayo de 2011.
En
ese lustro cosas determinantes
para la vida de la sociedad venezolana van a acaecer. Es un corto
lapso para dar avances gigantes bajo los cuales se
instauran El Seguro Social Obligatorio (1944) La
modernización de las universidades, creándose nuevas
carreras. La extensión de centros de educación
primaria. Se iguala la condición legal de
los hijos naturales, en el Código Civil de 1942 . Se dictan las leyes de
Ejercicio de la Medicina (1942) y de la Reforma Petrolera (1943),con mayor
participación del estado en la explotación de los
hidrocarburos. Se crea el Impuesto sobre la
Renta.
Se aprueba la Reforma Agraria. Una reforma constitucional establece sufragio universal y directo para la elección de miembros de la Cámara de Diputados. Se promete la elección popular del Presidente de la República y de altas autoridades, por votación directa y secreta. Se fundan los principales partidos: AD, PCV,URD y COPEI. Nace una nueva prensa: El Morrocoy Azul, Ultimas Noticias, El Nacional y La Esfera. Se organizan los sindicatos obreros. Se crea la Cámara de Comercio y Producción. La modernización de la vida ciudadana.
Desde su comienzo la FMV ha estado en la vanguardia por los derechos del profesional de la salud, y en vigilancia del cumplimiento del deber apegado a la ética profesional. Grandes y duras confrontaciones ha encarado. Desde su vigilante actitud ante los contratos colectivos, la asistencia médica en el medio rural, los códigos de Deontología , los postgrados, el desempleo médico y su seguridad social, hasta temas específicos como el aborto y el maltrato infantil. Basta con dar un vistazo al elenco que ha dirigido a esta hoy septuagenaria institución, para encontrar la fuerza moral necesaria en la hora de defender la profesión. Nombres como los Enrique Tejera, Humberto García Arocha, Rafael Rísquez Iribarren, Ruben Coronil, Oscar Beaujon, Martín Vegas, Pedro Rincón Gutiérrez y tantos otros , que uno, el médico de hoy, se siente revitalizado al saberse descendiente y continuador de esa ilustre casta de maestros y visionarios, y por ellos comprometido con el futuro. Vaya reto el que ha correspondido a la directiva actual hostilizada ferozmente en los años del corriente siglo, y que ha tenido que denunciar las ingentes falencias en la atención médica nacional, no sin consecuencias.
Una vez trazados esos hitos, caí en un ejercicio de
imaginación engarzando la figura del médico
en su ontogénesis y en su recorrido por este planeta y se me asomaron
ciertas vinculaciones con nuestra
realidad. Espero que este ilustre auditorio sea benévolo con
este extravío.
Al hombre primitivo le debemos el origen del médico y los
comienzos de la medicina pero el hombre es una criatura tan singular que
habiendo señalado el camino y dado los primeros pasos que lo llevarían
a la cura de las enfermedades, perdió después la ruta y se
metió a andar un laberinto de sendas descarriadas que apartándolo de la
ciencia, lo llevaron a un mundo de magia y superstición. Y así durante
siglos y siglos batalló en un mundo donde la enfermedad no existía. Mientras
predominaron las ideas falsas todos los avances insignificantes que se hicieron
fueron debidos a la casualidad o a la suerte. El avance
más grande que se ha hecho en la medicina nos se hizo a
base de adquirir algo nuevo sino de abandonar lo viejo, de repudiar una falsa
creencia.
La vida de Roma
tiene significados singulares en este relato. Los romanos como
conquistadores eran gente diferente de los griegos ; en los países
que conquistaban no iban dejando hombres de ciencia, y una de las razones
de este proceder era que no los tenían. Eran gente práctica que
solo consideraba las carreras de derecho, política y la
guerra como profesiones honorables. Los médicos griegos, unos
como esclavos y otros hombres libres iban a Roma en busca de fortuna , y
no fue sino después de la caída de Corinto que
finalmente la medicina griega llegó a Roma. Pero los aportes de
Roma a la Salud Pública son perennes. Los griegos nunca
tuvieron grandes ciudades porque carecían de cloacas y nunca tenían
suficiente agua corriente. Los romanos instalaron cloacas y en el
apogeo de su poderío fluían diariamente a la ciudad cerca de 2 millones
de galones de agua corriente. No hay ciudad moderna de tamaño
similar que disponga de
semejante cantidad de agua corriente que Roma hace cerca de
2000 años. . He ahí el primer contraste con nuestra cotidianidad,
tan anhelante del liquido vital.
Después del 476, con la caída del Imperio, sucedió un cambio
esencial. Los médicos más grandes del mundo antiguo afluían
antes a Roma. Pero ahora quedaban bien pocos en la ciudad cuyos
nombres valiera recordar. Este es otro contraste
con las migraciones de médicos en la sociedad en
que padecemos.
“Cuando una civilización comienza a decaer, cuando reina la miseria y
la vida parece más sombría y más dura , más cree la gente en
los falsos profetas de la medicina, los que más prometen y hacen menos .Y
así fue en Roma. Charlatanes, hechiceros y astrólogos
practicaban la medicina de los astrólogos. La civilización retrocedía…”
Tercer punto de encuentro.
Durante mil años solo monasterios guardaban la cultura
pues los monjes eran los únicos en leer y escribir. La medicina no
existía pues no había donde estudiarla. Los clérigos llenos de
buenas intenciones no podían hacer otra cosa que rezar y dar
consuelo.
Al principio de las cruzadas no había en Europa más que un
lugar donde se pudiera estudiar medicina: Salerno, cerca de
Nápoles. Posiblemente porque estaba situada en el camino de Tierra Santa. Allí
persistían algunas chispas de la medicina griega y romana.
Asombra recordar que en la Edad Media el promedio de
vida era 8 años.
Muy a
propósito. Con la estadística del gremio médico
latinoamericano en sus manos, el presidente de la Federación Médica Boliviana,
Aníbal Cruz, dijo ayer en Caracas que las migraciones de los profesionales de
la salud de la región se han incrementado en los últimos años. Durante su
exposición en el foro “Migración voluntaria y forzada de los médicos
latinoamericanos”, organizado por la Federación Médica Venezolana, Cruz indicó
que solo de Venezuela han salido en la última década alrededor de 10.500
médicos, quienes viajaron a Panamá, Centroamérica, Estados Unidos o Europa, en
busca de una calidad de vida superior y mejores condiciones para el
desempeño de su profesión. Huelga decir que esos
médicos se llevan la mejor formación y la mayor
aspiración de perfeccionamiento. ¿Y en manos de quien queda
el ciudadano común?
Este tiempo adverso, que con seguridad ocupará pronto
capítulos luengos en la historia de la irresponsabilidad
humana, nos está tocando enfrentarlo día a día. ¿ Habrá
de documentarse prolijamente el paciente sobre el curriculum de cada
aspirante a examinarle? Es el momento de traer al
escenario público ,por contraste, por desagravio, la figura de los
titanes de la medicina para que su conocimiento avive en la población la
idea del santuario en el que la medicina debe permanecer
en la vida de los pueblos civilizados. Como estandarte rememoro
hoy al padre de la medicina moderna, Sir William Osler, el nombre más
reverenciado por millones de aquellos que dictan cátedra
universitaria en cualquier lugar. Osler, famoso por su
sapiencia clínica, también fue un agudo ironista
y un apóstol de la enseñanza de la medicina. Cómo
hubiera florecido su gracejo ante lo que nos aflige. Por eso
dejo aquí su semblanza, y la frase que mejor representa lo que fue
su desvelo por un ejercicio preclaro del Arte de curar.
“LA DIFERENCIA entre un BUEN MEDICO Y un MAL MEDICO, es MUY
IMPORTANTE. La diferencia entre un MAL MEDICO Y NINGUN MEDICO, NO
TIENE LA MENOR IMPORTANCIA.”
Oportunamente
el Dr Rafael Muci Mendoza, insigne profesor de la UCV,
ha recordado su papel decisivo en la misión humanitaria
que investigaba la misteriosa ceguera cubana y lo
cito : “ ..mantenida en secreto durante 3 largos años sin que
moviera la conciencia ni la lealtad de una una clase dirigente inhumana. ¿Les
suena…? En las mentes obcecadas de la nomenklatura convenía inventarse un virus sembrado
por manos imperialistas en la Isla y precisamente, cuando su economía hacía
aguas por los cuatro costados era indispensable echar mano al viejo expediente
del enemigo externo… ¿Les suena…? Y cual
era la razón? Racionamientos: tal vez el
más importante: la malnutrición pues la ingesta nutricional disminuyó
de 2.850 kilocalorías por día en 1989 a 1.863 por día en 1994
. Había 30.000 pacientes y esa cifra continuó ascendiendo hasta
1997. Sume Ud. a este espeluznante cuadro la
desaparición de las estadísticas, y vamos a parar
en un limbo parecido a aquel en el que los
europeos de la Edad Media se sumieron a la
caída del imperio, cuando se encontraron con que ninguno sabia
construir un acueducto.
Hace solo un año el prestigioso profesor chileno y alemán,
Fernando Mires vuelve a dedicar su prestigiosa escritura al
tema de aquel momento ..” Venezuela extravió sus pasos en la peor de las
pesadillas. Una que se nutre de fracasos históricos descomunales y
sanguinarios, de confusiones y lecturas literales y mal asimiladas, de
resentimientos poderosos, de atavismos que nunca fueron elaborados, de
primitivismos que se encontraban simulados en una ilusión de modernidad.”
Quiero
poner el acento en la palabra que es como el nudo
de esta penuria ciudadana. Como el emblema y razón de
ser de esta regresión de 16 años :
Resentimiento. Otra cita con la Roma
antigua. Pueden ir los más
acuciosos lectores a dar una mirada
al revelador estudio que Gregorio Marañón, otro eximio descendiente de
Hipócrates, notorio por sus descripciones psicopatológicas ,
hiciera del segundo emperador de Roma.
“Tiberio, historia de un resentimiento”. Es de
1942.
En
las miserias de aquel César encuentra el psiquiatra las
razones para su ensañamiento contra los ciudadanos.
Espeluznante descripción del antro de condenación en que se
convirtió la Ciudad Eterna en los últimos
años de su reinado. De donde procede, casualmente la
palabra delator tan en boga en
nuestros días. Hoy
pronunciada de otras maneras más
“patrióticas” Según la Enciclopedia Británica “el
Imperio se había hecho abiertamente corrupto y la delación alcanzo
su cumbre durante su reinado”.
Parece que en cada día
encontramos una señal de esa inquina. Pruebas
descarnadas de su vigencia las hay a carretadas. La
encontramos mostrando sus colmillos al sistema científico, vemos
la indigencia en que se le deja. Asignación
risible de 500 $ al año por investigador subraya
la befa que se le hace.
La
suspensión actual del acceso a revistas especializadas en la Biblioteca Marcel
Roche del IVIC, que sirve a la comunidad científica del país. Indolencia
supina ante el conocimiento nuevo.
En una palabra,
RESENTIMIENTO. Inocultable repetición del dictum del general José Millán-Astray
en la España franquista: “Muera la inteligencia”.
Aunque en ningún otro quehacer ha sido tan encarnizada la
vindicta “revolucionaria” como
en su afán de devorar la universidad autónoma. Un
patrón de admisión absolutamente ilegal e irracional, atentatorio contra la
calidad universitaria que aún subsiste, para darle prioridad a ingredientes
sociales demagógicos y clientelares.
Lo
terrible es pensar que con programas proselitistas y proyectos efectistas
difíciles de sustentar puede construirse un país. El problema está en hacer de
la improvisación una política de Estado. La angustia por la libertad ha sido el signo que
ha marcado la historia de Venezuela. A muy pocas
naciones les ha sido tan costosa. Después de la combustión de la
tierra que significó la guerra federal, la noción de
destierro ha quedado grabada en el material genético venezolano,
azotado por guerrilleros, caudillo, reyezuelos y
salvadores. Y en el siglo XXI la palabra exilio ahora es pájaro
nocturno que también estremece el sueño de nuestros jóvenes profesionales.
Como ninguna otra disciplina, la literatura ha sido nervio
de esta infausta noción de que la vida civil ha estado
siempre al borde del desastre.
El genio del humorista Leo lo expresa en los años 20
así:
O en los tan repetidos versos de Andres Eloy
en los que llama a Venezuela
"La del signo del Exodo",
"la que algo tiene y nadie sabe dónde, si en la sangre la leche o la placenta, que el hijo vil se le eterniza dentro y el hijo grande se le muere afuera".
Bajando la mirada de nuevo se percibe que la barbarie no se
ha extinguido, sino por el contrario parece resurgida de sus
antiguas hordas, y se pide a cada uno de nosotros un supremo
esfuerzo. Esta arremetida contra nuestra Historia pretende
borrar de un hachazo inmisericorde nuestro pasado
honorable. En particular la gesta médica, tan meritoria
como puede ser cualquiera de las muchas campañas bélicas
La ejemplar cruzada contra la malaria , el más
formidable ejemplo de esfuerzo humano colectivo que se ha hecho
en este país después de la independencia, ha sido
devaluado.
Esta postura disolvente de abreviar la solemne
academia médica para sustituirla por una fábrica en serie de
funcionarios sin ciencia, esquivando los rigurosos pensa de nuestras venerables casas de
estudio superior, parece incrustada en una línea de sucesión
con la propia de caudillos vernáculos del siglo
XIX. Aquella disposición de Cipriano Castro de cerrar
la U. del Zulia porque la abundancia de médicos, ingenieros y abogados
“podría conducirnos a una degeneración del carácter nacional
por un proletariado intelectual”, se inserta en este
índice de corriente arcaica.
Me pregunto ¿El ciudadano normal de
este país no merece encontrar ser atendido por un
doctor que traiga en su equipaje la sustancia
de Vargas, de Razetti, de Pastor Oropeza, de Miguel Pérez Carreño,
de Enrique Tejera, de Marcel Roche, de Enrique Benaím? ¿O no
podrá acceder a la ciencia que hoy despliegan por el mundo
nuestros héroes contémporáneos como Igor Palacios, y como Sergio Giralt,
por nombrar solo a dos? ¿Ni nuestros futuros médicos
merecen ser formados por émulos de ilustres inmigrantes de talla
universal como Luis Daniel Beauperthuy o Augusto Pi Suñer?
Pero no, ya no
se conformará con personajes de la
picaresca que rebajan la dignidad de cada venezolano, como
aquel que anuncia estultamente que la
investigación no procede cuando no tiene un
aplicación social. La doctrina del pobrediablismo aplicada a la
ciencia biológica.
Venezuela, a quien se daba por seguro el destino
de tierra “ toda horizontes como la esperanza
y toda caminos como la voluntad”, se ha detenido en el tiempo, pero esta
pausa no durará Los signos señalan que está cerca
ahora de retomar su destino y dejará de ser
este incierto campo de trémulos saludos y
confusos adioses.
Volverá la razón a regir. No prevalecen
los violentos.
Se hizo en Francia años después de la
muerte de Pasteur, un plebiscito entre todos sus ciudadanos para
decidir cuál era el héroe que el pueblo francés consideraba el más grande entre
todos los ciudadanos. Napoleón, el coloso señor de la guerra
que tanta gloria había dado al Gran Ejército , quedó en quinto lugar.
Pasteur, cuyas batallas invisibles las libró y ganó en
el laboratorio, resultó el primero. Y volveremos
a los símbolos patrios auténticos y de
nuevo, a la bandera saltará como
lo cuenta el poema, desde el Orinoco, el Rio de
la Siete Estrellas.
Estimados colegas, admirables, que se enfrentan cada día con un bull dozer que
intenta aniquilarlo todo: les digo el último verso de Victor
Hugo:
Las puertas se abrirán, para unos salir y otros entrar. Quedarán abiertas al Mundo y veremos luz. Volveremos a Ser Venezuela, esa que lleva su nombre con orgullo; aquella otra... quedará atrás, como uno de los capítulos más oscuros de la Historia.
ResponderEliminarFelicitaciones Luis Felipe, elocuente, retórico tu discurso. No existen límites de palabras para expresar con acierto lo que es toda verdad.
La luz de la academia llegara. El recorrido por nuestra historia a través de la medicina, contrastando con la barbarie humana hacen de tu discurso de orden una lección de vida. Un abrazo .
ResponderEliminarFelicitaciones, Luis Felipe: muy acertadas y elocuentes tus palabras. Un fuerte abrazo.
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